3 de diciembre de 1976. La abandonada nave industrial Battersea Power Station es asaltada por un curioso grupo formado por fotógrafos y ejecutivos discográficos. Hinchan un enorme globo en forma de cerdo y lo dejan volar sobre la fábrica en una metáfora de la realidad social: desde las alturas, el cerdo, saciado, contempla la suciedad y decadencia de la sociedad de la que se alimenta. Las cámaras disparan sin cesar. Parte de aquellas maravillosas fotografías adornarían el próximo álbum de Pink Floyd, el grandioso Animals.

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